La construcción de la subjetividad adolescente consiste en trabajos psíquicos que toda persona entre los años de su escolaridad post primaria debe realizar.
El primer cambio psicológico que debe enfrentar el joven es la formación de un nosotros con la pertenencia a mundos sociales separados del grupo familiar que les permita dejar atrás el egocentrismo infantil. Con ello nos referimos a formar parte de grupos de amigos, noviazgos, etc.
Otro de los cambios se refiere al tener que alejarse del pasado para proyectarse al futuro a través de la elaboración de un plan de vida.
Junto a lo anteriormente mencionado, es necesario que el adolescente realice el pasaje del juego al trabajo a través del aprendizaje y capacitación para el ámbito laboral.
Estos aprendizajes deben ser algo “alegres” y no ser tomados como un estado de crisis y ansiedad por lo nuevo. El motor del cambio adolescente puede ser el deseo por “cambiar al mundo de hoy”.
Algunos psicólogos del desarrollo consideran al adolescente como a un “segundo deambulador”, una persona que necesita ganar la calle y caminar e investigar todo el nuevo universo de posibilidades que se les presenta fuera de los muros de su hogar.
La forma y el tiempo que cada adolescente necesita para transitar esos trabajos psíquicos depende de lo singular de cada uno de ellos y del contexto socio- cultural en que les toca vivir.
Con respecto a lo singular, cobra importancia las experiencias infantiles que lo acompañaron en su historia de vida y la forma en que transita su presente.
Con respecto al contexto socio- cultural, se produjeron cambios en las últimas décadas del siglo pasado y comienzos del siglo XXI que también dejan huellas en los adolescentes de hoy.
Los cambios más relevantes son la sociedad materialista y consumista, la revolución de las tecnologías con las computadoras y
Inmerso en estos cambios que lo afectan y navegando en un mar de múltiples posibilidades, el adolescente tiene que forjarse un futuro… para ocupar un lugar en el mundo.
Por Edith Beatriz Burgos