Para paliar esta situación, desde la orientación educativa se trata de que las escuelas puedan brindar una educación personalizada, integradora e innovadora.
Para que una educación sea personalizada, se debe considerar a cada uno de los estudiantes como a un sujeto único e irrepetible con características particulares que necesitan de una atención individualizadora.
Para que una educación sea integradora se debe brindar ayuda al alumno en todos los aspectos de su desarrollo personal.
Y por último, para que el adolescente esté motivado y encuentre sentido a la escuela, se le debe ofrecer una educación que lo prepare para la vida y le brinde recursos y contenidos útiles y en forma innovadora.
Una de las formas de colaborar con la orientación educativa y los objetivos de la educación de los jóvenes, es a través del sistema de tutorías.
La acción tutorial favorece una mejor calidad de la enseñanza tanto en la organización institucional como en la tarea cotidiana en el aula. Entendemos por calidad educativa a una mayor interrelación de la enseñanza, las prácticas pedagógicas, las necesidades educativas de los alumnos y el respeto a su subjetividad e idiosincrasia cultural.
Se trata de comprender, apoyar y acompañar los procesos institucionales y grupales del aprendizaje continuo de estudiantes y acompañar a sus familias.
El “tutor” o “profesor consejero”, es un docente, en el mejor de los casos elegido por los propios alumnos de un grupo, cuya misión es actuar como mediador entre alumnos, padres, docentes, psicopedagogo y directivos de la escuela.
La función tutorial es la “capacidad que tiene todo docente de ponerse al lado del alumno, de sufrir con él los procesos del aprender, de ayudarle o acompañarlo en sus problemas personales, de aprendizaje o de relación.
De esta tarea, ningún actor perteneciente a la institución escolar puede quedar excluido. Todos estamos invitados a mantener el diálogo como la fórmula más eficaz de la relación de ayuda.
La función más general del tutor es la de orientar y asesorar con respecto a todo lo que involucra la formación integral de los adolescentes y jóvenes.
La función más específica es personalizar los procesos de enseñanza y aprendizaje, realizando un seguimiento de ellos y tratando de detectar dificultades particulares o grupales. Es importante trabajar sobre la prevención primaria y secundaria. La prevención primaria consistirá en trabajar determinadas problemáticas de la etapa adolescente y la prevención secundaria consiste en detectar y derivar cuándo ya está instalada la patología o el problema en el alumno.
Lic. Edith Beatriz Burgos
2 comentarios:
muchas gracias por toda esta informacion
Muy buena información. Qué importarte es estar al lado de los alumnos.
Publicar un comentario