Cooperación vs. Competición

El mundo en el que vivimos hoy es muy competitivo, se busca ganar, ser el primero, obtener el mejor resultado ¿es ésto bueno para los niños? ¿les ayuda a superarse?
Cuando hablamos de una educación no competitiva muchos padres y maestros afirman que ante un mundo retador, donde hay menos oportunidades, competir prepara los niños para la vida. Pero debemos preguntarnos ¿para qué clase de vida? ¿queremos para nuestros hijos una sociedad individualista dónde predomine la rivalidad o una dónde prevalezca la cooperación?
Es éste un tema que suscita gran interés y preocupación a la hora de pensar sobre cómo educar a nuestros hijos.
Las actitudes y valores se desarrollan desde la experiencia afectiva y cotidiana.
Implican, para su desarrollo, un proceso de interiorización y convicción personal.
Tiene que ver con reconocer la satisfacción, afecto y energía positiva que se moviliza en la experiencia de cooperación. Y también en la experiencia de superación y esfuerzo en la consecución de las propias metas
La competitividad no siempre es mala; entendida como afán de superación y poniéndonos como referencia a nosotros mismos y nunca a los demás, es positivo.
Ser competente no es un valor incompatible con ser cooperador o solidario.
Es importante preparar a nuestros hijos y alumnos para ser “competentes” en una sociedad que exige cada día mayor preparación y mejores rendimientos.
Los padres tenemos miedo de que no estén suficientemente preparados.
Favorecemos el individualismo aunque pensamos que para nuestros hijos es más enriquecedor todas aquellas actividades en las que se pueden relacionar con los demás. Compartiendo y cooperando en los trabajos de grupo.
Es importante ser competitivo “con uno mismo”, es decir, querer superarse uno mismo y ponerse metas más altas para sacar lo mejor de cada uno de nosotros.
Hay que intentar que esta competición consigo mismo, no suponga una competencia injusta con los otros.
Por cooperar casi todo el mundo entiende el trabajo en equipo.
Prevalece el ánimo de la cooperación ante la competitividad aunque a veces esto se queda en la teoría.
A ser solidario y a cooperar se aprende, aún cuando hay un componente que cada uno trae consigo y son referentes importantes los padres y educadores.
Importancia del trabajo en equipo desde la escuela como medio de adquirir responsabilidad y respeto a las diferencias y la capacidad de integrarlas dándole su espacio y resaltando la importancia de todos.
Importancia de hacer ponerse a los niños en el lugar de...para entender sus sentimientos, sus frustraciones y en general sus actos.
Para que los niños aprendan a cooperar , tenemos que educarles cada día, las actitudes o hechos aislados no sirven.
Los niños aprenden de los adultos y somos conscientes de la importancia de nuestras propias actitudes competitivas y solidarias.
Es muy importante que los niños se sientan queridos, que reciban muestras de cariño y se sientan valorados como reforzador de la estima personal y la valía de los demás.
En la realidad escolar, las notas pueden ser un elemento que contribuya a la tendencia a compararnos unos con otros, y a hacer de la diferencia un factor de competitividad más que de sana competencia con uno mismo. El adulto puede en gran medida reconducir esta interpretación.
En el ámbito de deporte escolar se pone de manifiesto la importancia que tienen los entrenadores para potenciar y educar correctamente en valores positivos relacionados con la competición y cooperación.
Es muy compartida la opinión de que la integración de niños con discapacidad es un factor de enriquecimiento, especialmente para sus compañeros. Colaborar con estos niños nos predispone positivamente hacia el respeto y aceptación de las diferencias, siendo éste un camino en el que todavía quedan muchos retos por superar.

Si tenemos dudas, debemos tener en cuenta que los estudios especializados señalan que quienes tienen mayor éxito en la vida personal y laboral no son, por lo general, los primeros en su clase o en el deporte, sino aquellos que establecen relaciones sólidas, comprenden la importancia de trabajar en equipo, son capaces de motivarse aún en situaciones difíciles y pueden demorar la gratificación persistiendo en el esfuerzo por encima de las circunstancias; características éstas que no desarrollan las personas formadas sólo para competir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena entrada, enhorabuena por el blog, me ha sido de gran ayuda, en uno de mis trabajos de Juegos y recreación deportiva, perteneciente a Inef de galicia, Un saludo, y a seguir así.

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