Hacia un aprendizaje comprensivo y cooperativo

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A menudo solemos criticar a la escuela por propiciar un aprendizaje memorístico que tiende a anular las iniciativas personales, la posibilidad de innovar o crear y nos preguntamos: ¿existe otro tipo de enseñanza?; ¿el mundo actual no demanda cambios? Efectivamente, eso es lo que pensamos y, por tal motivo, consideramos que se debe implementar una enseñanza que tienda a un aprendizaje comprensivo y cooperativo.

Para que la enseñanza sea comprensiva, debe favorecer el desarrollo de procesos reflexivos, el reconocimiento de analogías y contradicciones y permanentemente recurrir al nivel de análisis epistemológico. Las formas más frecuentes de conocimiento son frágiles, es decir, el conocimiento se genera en forma muy superficial, sin una comprensión auténtica, se olvida no pudiéndose aplicar. Asimismo, lo que se ha aprendido de manera comprensiva puede transferirse mejor a otras situaciones. Desde esta concepción, el aprendiz percibe la estructura y las relaciones existentes entre los elementos que constituyen el problema a resolver o la situación de aprendizaje. Si el que aprende no tiene una visión global de estas relaciones, la situación resulta inconexa, confusa, caótica, y no hay comprensión posible. En este sentido, lo primero que el individuo ha de hacer para que la situación o la información le resulte comprensiva es estructurarla, lo que a su vez implica realizar un análisis de los elementos de la misma y relacionarlos con situaciones precedentes.

Esta actitud puede definirse como procesual o de resolución de problemas, y tiene un marcado carácter cognitivo. Bajo un enfoque cognitivista, Ausubel (1976) destaca que los elementos que permiten establecer esta relación son los que tienen valor significativo dentro de la estructura de conocimiento del individuo. Esto hace que la comprensión de una situación, un hecho, de un problema o de una información, no dependa tanto del nivel de estructuración de los mismos como de lo que sean capaces de sugerir al sujeto que los estudia. Esto es, del tipo de relación que cada individuo establece con sus propias estructuras cognitivas.

Un facilitador para alcanzar el aprendizaje comprensivo es el trabajo grupal. El trabajo grupal enfatiza la potencialidad de los grupos para promover el proceso de aprendizaje y el logro de distintos objetivos pedagógicos, estimular la capacidad de análisis, el autoconocimiento y la reflexión conjunta. Asimismo contribuye a afianzar los vínculos de cooperación y sentimientos de comunidad, la creatividad y la capacidad expresiva, entre otras cuestiones. El grupo de aprendizaje no es otra cosa que una estructura de personas que interactúan en un aquí y ahora y que se proponen realizar determinados aprendizajes fijando objetivos claros. Objetivos que serán buscados en forma sistemática por todos los integrantes del grupo a través de sus interacciones. (Asch, M.S.de, 1981)

Los mapas conceptuales colaborativos son también adecuados para alcanzar un aprendizaje comprensivo y cooperativo porque generan un producto intelectual resultado de los aportes de todos los integrantes del grupo, poniendo de manifiesto los efectos positivos inherentes al aprendizaje social. Obviamente, todos los integrantes deberán tener un mismo nivel desarrollo cognitivo o, en términos de Vigotsky, estar en la misma ZDP (Zona de Desarrollo Próximo) Es una manera de combatir el aprendizaje memorístico para propender un aprendizaje creativo, imprescindible para transitar este mundo global.


Lic. Andrea C. Dapía

Ansiedad en la infancia y la adolescencia

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Publico este artículo extraído de la página web del centro Familiae de Santiago de Compostela (España), con el permiso de Pilar Gómez-Ulla, psicoterapeuta del centro. Podeís encontrar más artículos suyos en su página web: http://www.centrodepsicologia.org.

Los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad suelen experimentar un miedo intenso, preocupación o inquietud que puede durar largos períodos de tiempo y afectar significativamente sus vidas. Si no se trata con prontitud, los trastornos de ansiedad pueden derivar en:

Repetidas ausencias a clase o una incapacidad para terminar el período de escolaridad. ejemplo de getimagesize()

Deterioro en las relaciones con iguales.

Baja autoestima.

Abuso de alcohol u otro tipo de drogas.

Problemas de ajuste en situaciones laborales.

Trastornos de ansiedad en edad adulta.

1 ¿Cuáles son los tipos y características de los trastornos de ansiedad?
Existe una variedad de trastornos de ansiedad que pueden afectar a niños y adolescentes. A continuación, se describen la mayoría de ellos, así como sus características:

Trastorno de ansiedad generalizada:
Los niños y adolescentes con este trastorno se preocupan en extremo por sus actividades, ya sea por su rendimiento académico, deportivo o incluso por ser puntual. Esta clase de personas suelen ser muy responsables, se sienten tensos y necesitan mucha seguridad. Pueden quejarse de dolores de estómago u otras afecciones que no parecen tener una causa física.


Trastorno de ansiedad por separación:
Los niños con este trastorno suelen tener dificultad en dejar a sus padres para ir a la escuela o campamento de verano, quedarse en casa de un amigo o estar solo. A menudo, se “aferran” a sus padres y tienen problemas para quedarse dormidos. El trastorno de ansiedad por separación puede ir acompañado de depresión, tristeza o miedo a que algún miembro de la familia se vaya o muera. Aproximadamente uno de cada 25 niños experimenta trastorno de ansiedad por separación.

Fobias:
Los niños y adolescentes con fobias tienen excesivos miedos no reales de ciertas situaciones u objetos. Muchas fobias tienen nombres específicos, y el trastorno puede centrarse en animales, tormentas, agua, lugares altos o situaciones específicas como encontrarse encerrado en un lugar reducido. Los niños y adolescentes sienten verdadero pavor a ser criticados o juzgados duramente por los demás. Intentarán evitar los objetos y situaciones temidas, por lo que el trastorno puede limitar gravemente sus vidas.

Trastorno de pánico:
Los “ataques de pánico” repetitivos en niños y adolescentes sin una causa aparente son signos de un desorden de pánico. Los ataques de pánico son períodos de intenso miedo acompañados por fuertes latidos del corazón, sudoración, mareo, nauseas o sentimiento de muerte inminente. La experiencia es tan terrible que viven con el miedo de que puedan sufrir otro ataque. Los niños y adolescentes con el trastorno suelen hacer cualquier cosa para evitar la situación que provoque otro ataque. Es posible incluso que no quieran ir a la escuela o separarse de sus padres.

Trastorno obsesivo-compulsivo:
Los niños y adolescentes con trastorno obsesivo-compulsivo, se ven atrapados en un patrón de pensamientos y comportamientos repetitivos. Aunque puedan reconocer que éstos parecen sin sentido y traumatizantes, son muy difíciles de parar. El comportamiento compulsivo puede incluir lavarse repetidamente las manos, contar o poner en orden objetos una y otra vez. 2 de cada 100 adolescentes experimentan trastornos obsesivos.

Trastorno de estrés post-traumático:
Los niños y adolescentes pueden desarrollar un estrés post-traumático después de haber experimentado un acontecimiento sumamente estresante, como experiencias de abusos físicos o sexuales, ser testigo de un hecho violento, la vivencia de un desastre como un bombardeo o un huracán. Los jóvenes con dicho trastorno suelen experimentar el acontecimiento una y otra vez en forma de fuertes recuerdos, instantáneas, u otra clase de pensamientos perturbadores. Como resultado, pueden intentar evitar todo lo que se encuentra asociado con el trauma. También sobreactuar al sobresaltarse o tener dificultades del sueño.


¿Son comunes los trastornos de ansiedad?

Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los más comunes de los problemas mentales, emocionales y de comportamiento que se presentan en la niñez y la adolescencia. Aproximadamente, 13 de cada 100 niños y adolescentes de entre 9 y 17 años experimentan algún tipo de trastorno de ansiedad; Las niñas se ven más afectadas por el problema que los niños y cerca de la mitad de los niños y adolescentes con estos trastornos padecen un segundo trastorno de ansiedad u otro trastorno mental o de comportamiento, como la depresión. Además, los trastornos de ansiedad pueden coexistir con trastornos de salud físicos que necesitan tratamiento.


¿Quién tiene más riesgo de padecerlos?

Recientes investigaciones han confirmado que el carácter del joven puede jugar un papel importante en los trastornos de ansiedad entre algunos niños y adolescentes. Por ejemplo, algunos niños suelen ser muy tímidos y adoptar una actitud retraída en situaciones fuera del ámbito familiar, lo que ya es un posible signo de riesgo en desarrollar estos trastornos. La investigación en esta área es muy compleja debido a que los miedos en la niñez a menudo suelen desaparecer al crecer.

También hacen hincapié en que debería realizarse una observación más cuidadosa cuando los niños tienen entre 6 y 8 años. Durante este período, el miedo de los niños a la oscuridad y a las criaturas imaginarias disminuye y se acrecienta la ansiedad hacia el rendimiento escolar y las relaciones sociales. Un exceso de ansiedad en los niños de esta edad, puede ser una señal de alarma en cuanto al posterior desarrollo de trastornos de ansiedad.

Los estudios sugieren que los niños y adolescentes tienen más posibilidad de desarrollar el trastorno si sus padres lo padecen. Sin embargo, no prueban si los trastornos son ocasionados por la biología, el entorno o ambos. Son necesarios más datos para clarificar si los trastornos de ansiedad pueden ser hereditarios.


Ayuda disponible para los jóvenes con estos trastornos

Los niños y adolescentes con estos trastornos pueden beneficiarse de una variedad de tratamientos y servicios. Tras un adecuado diagnóstico, pueden ser los siguientes:

Tratamiento cognitivo-conductual, mediante el cual los jóvenes aprenden a tratar sus miedos modificando las formas en que piensan y se comportan;

Técnicas de relajación;

Biofeedback (control del estrés y tensión muscular)

Terapia familiar;

Formación familiar; y

Medicación.

Mientras que las terapias cognitivo-conductuales son efectivas en el tratamiento de algunos trastornos de ansiedad, la medicación trabaja bien en otros. Algunas personas con trastornos de ansiedad se benefician de una combinación de ambos. Se requiere más investigación para determinar qué tratamiento funciona mejor para los diversos tipos de trastornos de ansiedad.

¿Qué pueden hacer los padres?

Si los padres u otros cuidadores observan síntomas repetitivos de trastornos de ansiedad en sus niños o adolescentes, deberían:

Hablar de ello con su médico de cabecera para que determine si los síntomas son ocasionados por un trastorno de ansiedad o por algún otro trastorno y también puede derivar a un profesional de la salud mental.

Buscar un profesional de la salud mental especializado en trabajar con niños y adolescentes, que utilice la terapia cognitivo-conductual o terapia del comportamiento, entre otras.

Obtener información adecuada de bibliotecas, librerías u otras fuentes

Asesorarse sobre tratamientos y servicios

Hablar con otras familias en sus respectivas comunidades.

Localizar organizaciones o asociaciones de familias con el mismo problema.

Las personas que no están satisfechas de la atención recibida en esta área deberían dirigir sus quejas a la institución o persona que se las ha facilitado, pida información o busque a través de otras fuentes.


* Nota: La información facilitada es sólo de carácter orientativo. Recuerde que únicamente el profesional de la salud está capacitado para efectuar un diagnóstico.

Fuentes:
NIMH (Instituto Nacional de la Salud Mental)
DSM- IV (Asociación Americana de Psiquiatría)
CIE -10 (Organización Mundial de la Salud)


FAMILIAE PSICOTERAPIA
R/ Xeixo nº 8, 5º A
Milladoiro, Ames
15864 Tel. 981 940 796

Actividades para el tratamiento de la ortografía

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Siguiendo con los tres posts anteriores sobre la disortografía: Disortografía: concepto y causas y Disortografía: clasificación. En este artículo pretendo dar algunas orientaciones para trabajar las dificultades en la adquisición de la orotgrafía, ya sean de tipo disortográfico o bien evolutivas.
En primer lugar, considero muy importante tener en cuenta que el tratamiento de la ortografía no puede hallarse desvinculado de la finalidad básica de la escritura, que no es otra que la comunicación entre aquel que escribe y aquel que lee, aspecto que a menudo no es tenido tan en cuenta como debería, aunque según el tipo de disortografía que presente el/la alumn@ será un tanto difícil poder seguir esta premisa, sin embargo conviene no perder de vista este objetivo fundamental.
Así pues el tipo de actividades que realizaremos dependerá en gran medida del tipo de dificultades orotgráficas que presente el/la niñ@, no siendo recomendable como en todos los casos un plan de trabajo estadarizado, siendo la única premisa común a tener en cuenta, la citada anteriormente en relación a la naturaleza comunicativa de la escritura.

De este modo si nos encontramos ante una disortografía de carácter visoespacial en las cuales los errores más frecuentes son de rotaciones y substituciones de letras e inversiones en el orden de éstas. El tipo de ejercicios al que tendremos que dar prioridad serán aquellos relativos a la orientación espacial y la percepción visual, podéis ver ejemplos de actividades a realizar en el artículo Algunas actividades para potenciar la orientación espacial.

Por otra parte, si se trata de una disortografía disortocinética y la de tipo temporal, (las cuales tienen muchos aspectos en común) en las cuales los errores más comunes son los de unión y fragmentación de palabras, entonces deberemos trabajar ante todo actividades de ritmo en el lenguaje, que ayuden a discriminar adecuadamente la secuenciación de los fonemas y de las palabras. Algunas actividades de este orden serian las siguientes:
Juego de la frase maldita.
  • Ir completando una oración parte por parte, es decir, el educador/a dice una palabra, el niño/a continua la frase, pero repitiendo todas las palabras que la componen, siguiendo así hasta que sea muy larga o el número de errores sea muy elevado.
  • Ej.: E: La; N: La casa; E: La casa estaba; N: La casa estaba llena; E: La casa estaba llena de ...
Trabajo del ritmo en la lectoescritura:
  • Dar un golpe en la mesa o una palmada cada vez que se dice una silaba o una palabra. Se puede realizar haciendo algún tipo de juego, formando una frase entre la educadora y la niño/a, con temas significativos para él/ella.
Ejercicios de ritmo
  • Golpeando en la mesa o dando palmadas el profesor da un ritmo que el niño/a debe reproducir
  • Ejemplos de ritmo:
  • 00 00 0
  • 00 0 00 0 00
  • 0 0 0 00
  • Separar las palabras dentro de una frase, en la cual estas se hallen unidas sin ningún espacio entre sí.
    • Por Ej.: LacasadeMaríaesmuygrande.

Dentro de este tipo de actividades también jugará un papel clave la estimulación de la conciencia fonológica, clave en la percepción de los fonemas y de las relaciones entre estos.

Ejercicios de distinguir el fonema no correspondiente:
  • Ejemplo: par-pan-paz-mal
Realizar rimas con palabras de forma escrita:
  • Ej. : Buscar palabras que rimen con melón (camión, avión,...)
Discriminar si una palabra es larga o corta
  • Buscar palabras que tengan un sonido determinada, al inicio, al final o en la parte media.
Contar los sonidos de una palabra.
...

En cuanto a la disortografía semántica y la cultural, las más comunes y a menudo relacionadas con la adquisición de la normativa ortográfica arbitraria, algunas de las actividades que podemos realizar centrandonos sobretodo en el uso de la memoria visual, podria ser la siguiente:
      • Trabajo mediante autodictados

Primero se debe estudiar la oración o un pequeño fragmento de texto durante un minuto, luego lo debe escribir sin realizar ningún error, inclusive de acentos, y si realiza algún error debe volver a repetir el ejercicio hasta que lo haga perfecto.



En cuanto a la disortografía dinámica o disgramatismo, aquí las dificultades las encontraremos ante todo en el orden de las palabras en la oración, la omisión de elementos o bien problemas de concordancia. Aunque este tipo de dificultades suele conllevar algún trastorno del lenguaje más importante, tal vez no siendo el más importante la disortografía si que podemos realizar actividades sobretodo de confección de oraciones, ya sea a partir de tarjetones o bien de frases desordenadas escritas. Sin embargo, conviene en este caso más aún que los demás explorar muy bien que otras dificultades hay asociadas para no empezar la casa por el tejado...

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