El fracaso escolar es un tema que no deja a nadie indiferente o por lo menos no lo debería dejar, sin embargo, es una lástima que este tema solo esté en los “candeleros” cuando salen a la luz informaciones como el informe PISA. No obstante, me gustaría saber de qué sirve este informe si tan solo crea alarma social y no trata de presentar soluciones en relación al problema en cuestión, así pues una primera pregunta que cabria realizar seria si realmente es útil la información que nos aporta, seguramente resulta más fácil encontrar las flaquezas del sistema educativo español que proponer soluciones. Considero que la evaluación no es solo una herramienta para ver los problemas sino que también tiene que ser una herramienta que permita buscar soluciones, aspecto que nunca se conseguirá solo teniendo en cuenta los niveles académicos de nuestr@s alumn@s, ¿acaso es ese el único objetivo de la escuela?
Ante esta situación también resulta clave revisar el concepto de Fracaso escolar, no es lo mismo el fracaso escolar que el fracaso académico. El fracaso académico, según mi parecer, es el que valora el informe PISA y se traduce en la no superación de unos baremos académicos en las diferentes áreas del conocimiento.
Sin embargo, para mí, el concepto de fracaso escolar responde a una realidad mucho más amplia, se trata de aquell@s alumn@s que pudiendo presentar o no fracaso académico, no se muestra suficientemente preparado para afrontar la vida adulta una vez a terminado el período de educación obligatoria. Es decir, no ha desarrollado las suficientes habilidades sociales para relacionarse convenientemente con los demás, no ha adquirido una autonomía suficiente para afrontar nuevos estudios o un primer empleo con ciertas garantías, no posee unos valores y actitudes adecuadas para un correcto desarrollo en comunidad. Tod@s somos conocedores de personas que a pesar de presentar fracaso académico han tenido éxito en su vida postacadémica, de este modo, seguramente en su etapa escolar han desarrollado una serie de herramientas no académicas que le han resultado muy importantes en su quehacer adulto, no debemos menospreciar el valor educativo de la escuela, no tan solo de l@s profesores sino también de l@s compañer@s.
No obstante, el problema en sí resulta ampliamente complejo e implica un gran número de variables que pueden incidir en él, no se trata tan solo de un problema de la escuela, sino que es un tema que nos concierne a tod@s como miembros de la sociedad, como padres y madres o como alumn@s. Y por supuesto también es una responsabilidad de los políticos en primera instancia y de los medios de comunicación en segunda.
A mi parecer, resulta evidente que la falta de consenso político en temas como la educación no resulta otra cosa que contraproducente y debería estar a cargo de expertos en educación, independientemente de su signo político. Al mismo tiempo, que tendría que ir acompañado de un presupuesto acorde a las necesidades de las leyes educativas, que deben estar basadas en las necesidades de nuestra sociedad y la población educativa, no se puede volver a planificar una LOGSE sin recursos ni sin formación específica del profesorado.
Los medios de comunicación no dejan de bombardearnos de contenidos nada educativos, sea la hora que sea del día, y se esfuerzan en darnos una visión inmediata de las cosas del valor de la inmediatez de conseguir alguna cosa sin ningún tipo de esfuerzo a cambio. Esta mentalidad está muy impregnada en la sociedad, parece que cada vez tienen menos valor las cosas que son a largo plazo y los frutos de la educación son a muy largo plazo. Evidentemente, las nuevas tecnologías también juegan un papel muy importante, es muy difícil que los profesores puedan competir contra videoconsolas u ordenadores y su inmediatez, así que resulta necesario que estas herramientas tan potentes se conviertan en los aliados de los profesores y no en sus enemigos, puesto que nunca podrán vencerlos.
No obstante, el papel de mediador entre la inmediatez de las cosas y los proyectos a largo plazo lo deben hacer los padres y madres, potenciar antes la siembra que la recogida, ya que much@s de nuestr@s niñ@s y adolescentes están acostumbrados a recoger mucho antes de haber sembrado. Tenemos que enseñarlos a esperar y a conocer el valor de las cosas. También es necesario potenciar hábitos como la lectura, no solo diciendo cuán importante es sino también predicando con el ejemplo.
La escuela tal vez es una de las instituciones que más debe cambiar, parece increíble que una escuela sea prácticamente igual que hace 50 años con todos los cambios que ha habido en estos años en la sociedad. En este sentido no me refiero tan solo a la aplicación de las nuevas tecnologías al aula, sino también la aplicación de nuevas metodologías de aprendizaje como el aprendizaje cooperativo que permiten una mejor atención a la diversidad y una escuela más democrática y menos directiva por parte de los profesores, estos deben jugar un papel orientador en lugar de director. Los profesores siguen diciendo como ha cambiado el alumnado, ya no respetan a la autoridad, resulta evidente que esto no va a mejorar, puesto que el sistema social ha cambiado mucho, así que se deben buscar nuevas alternativas al autoritarismo como la mediación y estrategias de enseñanza que permitan atender a todo el alumnado sin ningún tipo de discriminación sea el que sea el motivo. La escuela debe ser una comunidad de acogida donde todo alumno quepa y se busquen los recursos necesarios para su progreso, recursos que no deben depender exclusivamente del exterior (especialistas), sino que también se deben formular en el interior.
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