Es muy común que los niñ@s tartamudeen (disfemia en términos logopédicos) un poco, a veces nos da la sensación que se encallan cuando nos quieren decir alguna cosa. Generalmente, a excepción de los casos más graves, lo que ocurre es que nos quieren decir muchas cosas en poco tiempo. Ante esta situación los padres suelen tomar diferentes medidas para intentar ayudar a solucionar este problema de su hijo, sin embargo, estas soluciones a menudo resultan contraproducentes, puesto que lo que nos sugiere el sentido común son herramientas que frecuentemente pueden agravar el problema. A continuación os presentamos unas orientaciones prácticas que pueden resultar de vuestro interés:
- Mantener un ritmo de parla adecuado, especialmente en cuanto a la velocidad, intentando no presentar un ritmo de parla muy rápido. A veces no nos damos cuenta y hablamos muy rápido, lo que provoca que el niñ@ quiera hacer lo mismo y probablemente no esté capacitado para hacerlo, con lo cual aparece el tartamudeo.
- No acabar nunca aquello que está diciendo, darle tiempo para que responda tranquilamente. Si lo presionamos o terminamos aquello que está diciendo provocamos cierta ansiedad que provoca un malestar en el niñ@ y puede provocar un incremento del tartamudeo.
- No anticipar sus respuestas. Si anticipamos aquello que quiere decir provocaremos que muestre menos interes por comunicarse o bien que se sienta frustrado por no poder comunicar aquello que le gustaria.
- Darle tiempo para que elabore sus respuestas. La presión del tiempo genera una mayor ansiedad de la que puede provocar la parla en si, con lo que el tartamudeo aumenta.
- No realizarle más de una demanda de forma consecutiva, darle tiempo entre respuesta y pregunta. Es bueno dejar tiempo para relajar la comunicación y darle tiempo para que elabore su respuesta y después poder realizar la siguiente demanda.
- Respetar siempre de forma escrupulosa los turnos de palabra. De forma que tenga tiempo de participar en las comunicaciones y no deba precipitarse para poder expresarse.