Los que somos docentes y trabajamos en escuelas medias, atendiendo a esta franja de alumnos que son los jóvenes y adolescentes, sabemos que día a día nos enfrentamos con diversos desafíos en nuestras funciones.
Uno de los desafíos, es el de enseñar pudiendo lograr que los alumnos se integren con un proyecto de vida a la sociedad y cultura. Otro desafío es el institucional, tratando de incluir y no excluir del sistema educativo a los alumnos con algunas dificultades sean de aprendizaje o de conducta. Y el último de los desafíos es de orden social, pues el contexto en el que vivimos en este nuevo siglo está tan convulsionado y las problemáticas que en él existen, ingresan a la escuela, por lo tanto hay que tratarlas.
Las problemáticas psicológicas y sociales son un orden de dificultades que impactan y experimentan los sujetos y qué definidamente están articuladas a situaciones y contextos sociales, económicos, políticos y culturales.
Una forma de trabajar dichas problemáticas en el campo educativo es a través del diseño de un proyecto educativo que sea flexible, dinámico, interactivo, evaluable y modificable de acuerdo con las necesidades que se vayan presentando año a año en la escuela. El proyecto deberá abarcar las dimensiones institucionales, grupales e individuales, o sea, que se puedan realizar actividades a nivel de toda la institución escolar, involucrando a todos los actores que en ella trabajan. En un nivel grupal, se trabajará con los distintos cursos según las problemáticas más importantes que estén atravesando los mismos. Y en un nivel individual, se tratará en el equipo de orientación y las tutorías de orientar a los sujetos que presenten dificultades en algunas de estas problemáticas.
Uno de los problemas sociales que impactan en la escuela es el de la desigualdad social. Esta alude a la distribución desigual de poder y prestigio, bienes y servicios, derechos y obligaciones. Para estudiarla la sociología utiliza el concepto de estratificación social o clase social. Los estratos son las divisiones en las que se constituye la sociedad y entrañan un determinado grado de prestigio, poder y propiedad.
Es importante que nuestros jóvenes construyan su identidad para que la sociedad no los discrimine. Esto se va a lograr cuándo ellos tengan la posibilidad de una inserción estudiantil y al egreso del nivel medio una inserción laboral y profesional.
La vida escolar, muchas veces aunque sin intención, puede reproducir y perpetuar las desigualdades estructurales a través de distintas rutinas y prácticas educativas que implican situaciones de violencia cultural y simbólica. Los alumnos pertenecientes a minorías, poblaciones de inmigrantes y otros grupos desfavorecidos tienden a tener más dificultades para adaptarse a las normas de la cultura escolar. La escuela mortifica cuándo va dejando por fuera de ella a integrantes de distintos sectores sociales privándolos de las instancias de identificación y sostén. Así ella pasa de ser comprensiva a ser expulsiva.
En la educación, el problema de la desigualdad social, toma las siguientes características:
El ingreso como forma de dar cuenta de las condiciones de vida de los individuos y las formas de acceder al bienestar social, la distribución entre el capital educativo logrado y las distintas categorías ocupacionales, muchas veces los profesores desvalorizamos los saberes que traen los alumnos, acentuando aún más las desigualdades y profundizando una no muy buena pero siempre necesaria asimetría entre docente- alumno.
Los criterios para el abordaje de la desigualdad social en la escuela pueden ser: el de construir redes sociales con otras organizaciones porque es importante que la escuela conozca organizaciones gubernamentales o no gubernamentales que tengan algún tipo de vinculación con los temas de la desigualdad (sea esta la pobreza o la vulnerabilidad) para contar con mayores recursos para relacionar a los jóvenes con proyectos y desarrollar otros nuevos. También es importante fomentar en los alumnos un pensamiento crítico donde se analicen temáticas tales como desigualdad, pobreza, vulnerabilidad en una propuesta donde los alumnos puedan confrontar, argumentar, cuestionar y reelaborar sus conocimientos previos. Es importante comenzar trabajando con problemáticas más lejanas a las que están viviendo los alumnos y luego llegar a las situaciones cotidianas en donde se sienten desiguales o discriminados sean por las autoridades, los docentes o entre los grupos de pares. El sentir la desigualdad social puede hacer que los alumnos desarrollen violencia hacia sus mayores o entre ellos.
Otras de las problemáticas que se presentan en las aulas son las referidas al campo de la salud como lo son las adicciones, sean estas, el consumo de alimentos en forma desproporcionada, el alcohol, tabaco o las drogas y la educación sexual. Con respecto a esta última, considero que merece un artículo aparte por la gran importancia que cobra este aspecto de la educación que no sólo tiene que ver con la sexualidad humana sino con la planificación de los embarazos, la prevención del embarazo adolescente o púber y la prevención de la transmisión de enfermedades sexuales como el SIDA. Hay conductas de riesgo por el creciente contacto de jóvenes en forma de uso, abuso o dependencia con drogas legales o ilegales. Son múltiples las causas que pueden llevar al consumo, puede verse el problema como algo inherente al sujeto y su forma de relacionarse con el medio ambiente o pensarlo como una problemática social que lleva al adolescente a confrontar con las generaciones adultas y poder diferenciarse de ellas de esta forma. Puede utilizarse cualquier adicción (etimológicamente sin… palabras) como forma de aliviar el dolor, el sufrimiento, el desasosiego, el vacío, el aburrimiento, la curiosidad o la rebeldía. Como forma de entretenerse o conseguir un mayor rendimiento en sus tareas.
En estos días en Argentina, se ha despenalizado el consumo personal de la marihuana, tema debatido en la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que genera posiciones opuestas en la sociedad, en cuánto a la conveniencia o no de esta resolución. Es sabido que algunos alumnos comienzan ya desde el nivel primario a consumir tabaco, al ingresar al secundario, en primer año algunos de ellos, comienzan a consumir bebidas tales como cerveza o vino. Ya en segundo año, o sea, a la edad de 14 o 15 años algunos púberes conocen el consumo de marihuana. La carrera de consumos no termina allí, sino que sigue, en líneas generales, con el consumo de cocaína para las clases media y alta y el consumo de “paco” (pasta de cocaína) para las clases más desfavorecidas. También solemos escuchas o leer noticias de niños y púberes victimas del paco, que en muchas circunstancias se consume para paliar el hambre o cuándo no se encuentra sentido en la vida. Si los adultos pudiéramos ofrecer a nuestros jóvenes la posibilidad de que puedan desarrollar un proyecto de vida donde se vean reflejados y autorrealizados, no necesitarían escaparse de su cruda realidad mediante el consumo de sustancias autodestructivas.
Los criterios para trabajar estas problemáticas deben ser el atender tanto a los discursos como a las prácticas, o sea, además de trabajar en el nivel cognitivo apuntar a que esto se traduzca en actitudes y prácticas cotidianas, dentro y fuera de la escuela.
Toda acción encierra un juicio y debemos articular lo ético con las pautas de conducta y hábitos. Se podrá trabajar analizando artículos de diarios o de Internet, películas que traten estos temas, trabajar documentos acerca de los derechos humanos, etc.
Cuándo se produzcan situaciones particulares, habrá que trabajarlas individualmente, para lo cuál el equipo de orientación psicopedagógica y los tutores realizarán un diagnóstico de la situación y se orientará a las familias y los alumnos a los tratamientos y derivaciones pertinentes.
Si se reflexiona sobre la historicidad de los temas se los podrá resignificar en la memoria colectiva, es importante tener una mirada histórica para entender que las adicciones y las problemáticas sociales, no son exclusivas del siglo XXI sino que son una construcción cultural e histórica que va cambiando con el trascurso del tiempo. De este modo considero que es importante no quedarse anclado en el pasado sino proyectarse al futuro con la certeza de que un cambio siempre es posible.
Es importante trabajar en estas temáticas, la prevención específica y la pfrevención inespecífica.
Con respecto a la prevención inespecífica, es importante que la escuela ofrezca espacios de entretenimiento y contención a sus alumnos. Una de las formas puede ser brindando talleres variados en forma optativa a la cursada obligatoria de las materias, como lo pueden ser talleres de deporte, teatro, literatura, juegos, música, baile, donde cada uno pueda elegir lo que más le guste.
Por último, con respecto a la prevención específica, las actividades con los alumnos pueden ser charlas- debate con distintas entidades sociales con el objetivo de informar acerca de estas problemáticas. También se puede trabajar las diferencias entre los consumos de distintos objetos y productos, la función de los medios de comunicación y la publicidad, las formas de resolver los conflictos personales, la diferencia entre uso, abuso y dependencia, etc.
Por Lic. Edith Beatriz Burgos
Uno de los desafíos, es el de enseñar pudiendo lograr que los alumnos se integren con un proyecto de vida a la sociedad y cultura. Otro desafío es el institucional, tratando de incluir y no excluir del sistema educativo a los alumnos con algunas dificultades sean de aprendizaje o de conducta. Y el último de los desafíos es de orden social, pues el contexto en el que vivimos en este nuevo siglo está tan convulsionado y las problemáticas que en él existen, ingresan a la escuela, por lo tanto hay que tratarlas.
Las problemáticas psicológicas y sociales son un orden de dificultades que impactan y experimentan los sujetos y qué definidamente están articuladas a situaciones y contextos sociales, económicos, políticos y culturales.
Una forma de trabajar dichas problemáticas en el campo educativo es a través del diseño de un proyecto educativo que sea flexible, dinámico, interactivo, evaluable y modificable de acuerdo con las necesidades que se vayan presentando año a año en la escuela. El proyecto deberá abarcar las dimensiones institucionales, grupales e individuales, o sea, que se puedan realizar actividades a nivel de toda la institución escolar, involucrando a todos los actores que en ella trabajan. En un nivel grupal, se trabajará con los distintos cursos según las problemáticas más importantes que estén atravesando los mismos. Y en un nivel individual, se tratará en el equipo de orientación y las tutorías de orientar a los sujetos que presenten dificultades en algunas de estas problemáticas.
Uno de los problemas sociales que impactan en la escuela es el de la desigualdad social. Esta alude a la distribución desigual de poder y prestigio, bienes y servicios, derechos y obligaciones. Para estudiarla la sociología utiliza el concepto de estratificación social o clase social. Los estratos son las divisiones en las que se constituye la sociedad y entrañan un determinado grado de prestigio, poder y propiedad.
Es importante que nuestros jóvenes construyan su identidad para que la sociedad no los discrimine. Esto se va a lograr cuándo ellos tengan la posibilidad de una inserción estudiantil y al egreso del nivel medio una inserción laboral y profesional.
La vida escolar, muchas veces aunque sin intención, puede reproducir y perpetuar las desigualdades estructurales a través de distintas rutinas y prácticas educativas que implican situaciones de violencia cultural y simbólica. Los alumnos pertenecientes a minorías, poblaciones de inmigrantes y otros grupos desfavorecidos tienden a tener más dificultades para adaptarse a las normas de la cultura escolar. La escuela mortifica cuándo va dejando por fuera de ella a integrantes de distintos sectores sociales privándolos de las instancias de identificación y sostén. Así ella pasa de ser comprensiva a ser expulsiva.
En la educación, el problema de la desigualdad social, toma las siguientes características:
El ingreso como forma de dar cuenta de las condiciones de vida de los individuos y las formas de acceder al bienestar social, la distribución entre el capital educativo logrado y las distintas categorías ocupacionales, muchas veces los profesores desvalorizamos los saberes que traen los alumnos, acentuando aún más las desigualdades y profundizando una no muy buena pero siempre necesaria asimetría entre docente- alumno.
Los criterios para el abordaje de la desigualdad social en la escuela pueden ser: el de construir redes sociales con otras organizaciones porque es importante que la escuela conozca organizaciones gubernamentales o no gubernamentales que tengan algún tipo de vinculación con los temas de la desigualdad (sea esta la pobreza o la vulnerabilidad) para contar con mayores recursos para relacionar a los jóvenes con proyectos y desarrollar otros nuevos. También es importante fomentar en los alumnos un pensamiento crítico donde se analicen temáticas tales como desigualdad, pobreza, vulnerabilidad en una propuesta donde los alumnos puedan confrontar, argumentar, cuestionar y reelaborar sus conocimientos previos. Es importante comenzar trabajando con problemáticas más lejanas a las que están viviendo los alumnos y luego llegar a las situaciones cotidianas en donde se sienten desiguales o discriminados sean por las autoridades, los docentes o entre los grupos de pares. El sentir la desigualdad social puede hacer que los alumnos desarrollen violencia hacia sus mayores o entre ellos.
Otras de las problemáticas que se presentan en las aulas son las referidas al campo de la salud como lo son las adicciones, sean estas, el consumo de alimentos en forma desproporcionada, el alcohol, tabaco o las drogas y la educación sexual. Con respecto a esta última, considero que merece un artículo aparte por la gran importancia que cobra este aspecto de la educación que no sólo tiene que ver con la sexualidad humana sino con la planificación de los embarazos, la prevención del embarazo adolescente o púber y la prevención de la transmisión de enfermedades sexuales como el SIDA. Hay conductas de riesgo por el creciente contacto de jóvenes en forma de uso, abuso o dependencia con drogas legales o ilegales. Son múltiples las causas que pueden llevar al consumo, puede verse el problema como algo inherente al sujeto y su forma de relacionarse con el medio ambiente o pensarlo como una problemática social que lleva al adolescente a confrontar con las generaciones adultas y poder diferenciarse de ellas de esta forma. Puede utilizarse cualquier adicción (etimológicamente sin… palabras) como forma de aliviar el dolor, el sufrimiento, el desasosiego, el vacío, el aburrimiento, la curiosidad o la rebeldía. Como forma de entretenerse o conseguir un mayor rendimiento en sus tareas.
En estos días en Argentina, se ha despenalizado el consumo personal de la marihuana, tema debatido en la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que genera posiciones opuestas en la sociedad, en cuánto a la conveniencia o no de esta resolución. Es sabido que algunos alumnos comienzan ya desde el nivel primario a consumir tabaco, al ingresar al secundario, en primer año algunos de ellos, comienzan a consumir bebidas tales como cerveza o vino. Ya en segundo año, o sea, a la edad de 14 o 15 años algunos púberes conocen el consumo de marihuana. La carrera de consumos no termina allí, sino que sigue, en líneas generales, con el consumo de cocaína para las clases media y alta y el consumo de “paco” (pasta de cocaína) para las clases más desfavorecidas. También solemos escuchas o leer noticias de niños y púberes victimas del paco, que en muchas circunstancias se consume para paliar el hambre o cuándo no se encuentra sentido en la vida. Si los adultos pudiéramos ofrecer a nuestros jóvenes la posibilidad de que puedan desarrollar un proyecto de vida donde se vean reflejados y autorrealizados, no necesitarían escaparse de su cruda realidad mediante el consumo de sustancias autodestructivas.
Los criterios para trabajar estas problemáticas deben ser el atender tanto a los discursos como a las prácticas, o sea, además de trabajar en el nivel cognitivo apuntar a que esto se traduzca en actitudes y prácticas cotidianas, dentro y fuera de la escuela.
Toda acción encierra un juicio y debemos articular lo ético con las pautas de conducta y hábitos. Se podrá trabajar analizando artículos de diarios o de Internet, películas que traten estos temas, trabajar documentos acerca de los derechos humanos, etc.
Cuándo se produzcan situaciones particulares, habrá que trabajarlas individualmente, para lo cuál el equipo de orientación psicopedagógica y los tutores realizarán un diagnóstico de la situación y se orientará a las familias y los alumnos a los tratamientos y derivaciones pertinentes.
Si se reflexiona sobre la historicidad de los temas se los podrá resignificar en la memoria colectiva, es importante tener una mirada histórica para entender que las adicciones y las problemáticas sociales, no son exclusivas del siglo XXI sino que son una construcción cultural e histórica que va cambiando con el trascurso del tiempo. De este modo considero que es importante no quedarse anclado en el pasado sino proyectarse al futuro con la certeza de que un cambio siempre es posible.
Es importante trabajar en estas temáticas, la prevención específica y la pfrevención inespecífica.
Con respecto a la prevención inespecífica, es importante que la escuela ofrezca espacios de entretenimiento y contención a sus alumnos. Una de las formas puede ser brindando talleres variados en forma optativa a la cursada obligatoria de las materias, como lo pueden ser talleres de deporte, teatro, literatura, juegos, música, baile, donde cada uno pueda elegir lo que más le guste.
Por último, con respecto a la prevención específica, las actividades con los alumnos pueden ser charlas- debate con distintas entidades sociales con el objetivo de informar acerca de estas problemáticas. También se puede trabajar las diferencias entre los consumos de distintos objetos y productos, la función de los medios de comunicación y la publicidad, las formas de resolver los conflictos personales, la diferencia entre uso, abuso y dependencia, etc.
Por Lic. Edith Beatriz Burgos
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