El aprendizaje como construcción individual y colectiva.


Cuando alguien intenta transmitir a otra persona conocimientos o, desde otra perspectiva teórica, cuando intenta favorecer los procesos reconstructivos de los sujetos que aprenden, no lo hace desde el lugar de único poseedor de información, sino como parte de una relación en la que se sitúa como favorecedor o ayudante para que el sujeto que aprende desarrolle sus conocimientos y comprensiones. Este proceso es fundamentalmente comunicativo y el conocimiento que circula es poseído por ambas partes. Afirma Mercer: “La construcción guiada del conocimiento no es algo que suceda sólo en las escuelas. La historia de las ideas muestra que el descubrimiento, el aprendizaje y la resolución creativa de problemas son raramente, o casi nunca, verdaderas actividades individuales. Todos los pensadores creativos, incluso los que son famosos por sí mismos en todo el mundo han trabajado con otras personas y con las ideas de otros además de las suyas. En realidad, algunas de las individualidades más famosas en sus campos han sido la parte visible de un esfuerzo colectivo que parecía aumentar la calidad de cada contribución individual. Dos mentes son, a menudo, mejor que una, y muchas mentes que contribuyen a la construcción del conocimiento dan como resultado el vasto y dinámico recurso del conocimiento que llamamos cultura.”
En este proceso es importante destacar la influencia del aprendizaje previo que actúa como marco referencial y conforma “constructos personales” (Ausubel: 1976) que han de influir en la manera en que las personas hacen uso de la experiencia y los conocimientos previos y la consiguiente interpretación y actuación. Ausubel mismo expresa “el factor que más influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe; determínese qué es y actúe en consecuencia”. Los conceptos previos filtran, determinan y significan la información nueva e influyen en la reorganización y la evolución dinámica de las poblaciones conceptuales. Así, la mayor o la menor riqueza de significados dependerá de la amplitud de relaciones que puedan establecerse en la red conceptual y el cambio de alguna relación o concepto implica la modificación de toda la estructura.
Hablar del acto de interacción entre el sujeto que enseña y el sujeto que aprende es, sin lugar a dudas, hablar de una relación dialógica que supone heterogeneidad, contradicción y, al mismo tiempo, complementareidad.
“El acto pedagógico articula lo social con lo individual; lo pasado, con lo presente y lo futuro, lo conocido con lo desconocido; lo pensado, con lo sentido y lo actuado” (Souto: 1994) Se trata, entonces de un proceso permanente e inacabado donde se entrecruzan cuestiones del orden de lo social, de lo cognitivo y también de lo afectivo.
¿Cuáles son las concepciones de hombre y mundo subyacentes a este tipo de aprendizaje? Sin miedo a equivocarme diría que la persona que guía el aprendizaje tal como lo venimos describiendo, en principio, estaría en la constante búsqueda de la coherencia entre el discurso y la praxis. En este sentido, probablemente concibiría al individuo como una construcción, que, lejos de estar predeterminado (tener una esencia que luego va a desarrollar), sería pensado como una autofabricación. De manera tal, que el enseñante o tutor va a tratar de generar condiciones y favorecer las situaciones de aprendizaje para que ese Otro pueda construirse eligiendo libremente y con responsabilidad. No olvidemos que sus posibilidades de ser son poco menos que infinitas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Profesionalmente estoy trbajando con personas adultas desde hace bastantes años.
cuanto aportas en este post me parece muy interesante. Es evidente que posicionado desde una óptica constructivista.
Ahora bien, cuando uno trabaja preparando a personas que quieren conseguir algo y que deben contemplar a sus compañeros como rivales para la consecuión de su objetivo (estoy pensando por ejemplo, en la preparación de una oposición)
¿Crees que debemos seguri considerando el aprendizaje como una construcción también colectiva? ¿No es un problema darle al otro parte del 'know how' personal que puede marcar la diferencia el día clave del examen?
Te invito a leer una reflexión que a este respecto enlacé en el blog http:///www.masterdopina.es: http://www.masterdopina.es/?p=271

Andrea Dapía dijo...

Hola! Leí atentamente tu comentario y la página a la que me remitiste. Sin lugar a dudas, nos llevaría bastante ponernos de acuerdo y, tal vez, nunca lo lograríamos. Respetuosamente, creo que estamos posicionados en dos formas muy diferentes de concebir a la educación. Como vos decís, con todas mis limitaciones, trato de encuadrarme en una postura constructivista y es evidente que vos adherís al modelo neo tecnicista: en el artículo, entre otras cosas, se habla de clientes, eficiencia, eficacia, un docente que sabe y un cliente que trata de cumplir con determinados objetivos para llegar al éxito.
Desde mi perspectiva, esto que Uds. proponen, lejos de ser “educación”, es nada más que “entrenamiento o instrucción” que, en tal caso, en una instancia de la educación, un paso previo (Kant, I.: Sobre Pedagogía) (Convengamos que a los animales sólo se los adiestra, instruye o entrena, en tanto que al hombre también se lo educa)
Francamente, yo estoy convencida de que el aprendizaje es una construcción, no me preocupa el know-how del Otro porque aprender no es competir, sino compartir. Creo que la competencia hay que entenderla con uno mismo. La educación, el aprendizaje es autosuperación. En síntesis:
Me parece que Uds. aspiran a dar soluciones a sus clientes (alumnos) para alcanzar el “éxito”
Yo, aspiro a que mis estudiantes construyan o generen soluciones por sí mismos para alcanzar la “felicidad”
Espero haber respondido tu inquietud, y gracias por leerme!
Cordialmente,
Andrea

anonimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Andrea, imagino sorpresa al leer un comentario de lo que escribiste hace tanto tiempo, sin embargo en esta red virtual, nada sorprende. Yo lo encontré hoy. Sólo quiero acotar, luego de 20 años de experiencia en Educación, desde mi profesión (soy Trabajadora Social) que alcanzar la "felicidad" del alumno es utópico. Y que la educación, concretamente la Institución Escuela (lugar donde los chicos concurren para aprender) es la encargada de acreditar y certificar conocimiento, no feleicidad. Creo que la discusión debiera partir desde allí para luego ver cómo los ayudamos a los chicos y a los docentes. Igualmente coincido con el concepto de construcción, pero l fin me parece que no. No abondones este espacio. Interesante.

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