La disfemia (conocida también como tartamudeo)
es la prolongación y/o repetición frecuente de sonidos o sílabas,
lo que crea inconvenientes en la fluencia del lenguaje. Son algunos
los niños, jóvenes y adultos que presentan este problema de lenguaje,
pero sobre todo se hace más presente en niños y personas que están
sometidas a evaluaciones constantes, y en muchas ocasiones, se hace
mucho más evidente cuando hay alguna situación estresante en el entorno
más próximo. Este trastorno del lenguaje, en la mayoría de los casos,
es transitorio, para eliminarlo es necesario realizar actividades enfocadas
a trabajar la disfemia.
- Genéticas: herencias de progenitores, o entre hermanos gemelos.
- Sexo: mayor prevalencia entre hombres que en mujeres.
- Trastornos neurológicos: pueden ser causados por emociones o estados afectivos violentos
- Trastornos en la estructuración espacio-temporal: disfunción en la adquisición de la motricidad y en la organización espacial que podría generar una alteración en el ritmo.
- Alteraciones lingüísticas: que se producen en el ritmo del habla de los niños durante el periodo de adquisición, provocada por encontrarse en una etapa de plena organización de su lenguaje, así como el desfase que hay entre lo que él entiende y lo que expresa.
Todo esto puede manifestar en su lenguaje parones, dudas, titubeos
y repeticiones en el momento de expresión lingüística. En la mayoría
de los casos, con una orientación adecuada se supera sin esfuerzos,
pero hay situaciones en que la intervención debe ser más específica.
¿Qué orientación de intervención hay que seguir?
Para trabajar la disfemia es necesario realizar ejercicios de relajación,
respiración, lectura con ritmo y de conversación.
- Actividades de relajación: se realizarán ejercicios de relajación corporal, tanto de manera general como segmentaria, atendiendo sobre todo a la relajación de los músculos de la cara y del cuello.
- Actividades de respiración: hacer consciente de cómo llevar el aire al abdomen, para hacer respiraciones correctas, nasales completas y regulares, estos ejercicios se hacen para generalizar la respiración completa en condiciones habituales.
- Actividades de habla y lectura: en este punto, el hábito de leer a los niños es muy importante, los padres y profesionales que le rodean deben adaptar su lenguaje y velocidad a la edad y desarrollo que estos intentan copiar. Es importante no interrumpir cuando los niños estén hablando ya que les genera una presión, se deben aceptar sus tiempos. Son muy importantes los ejercicios de evocación de palabras y ejercicios con oraciones sencillas.
¿Cuáles son las orientaciones que hay que dar
en el entorno familiar?
- No hacer observaciones directas ni indirectas de la forma de hablar. Centrar la atención en el contenido del discurso.
- No hacer repetir ni aconsejar que adopte otra forma de hablar.
- Ayudar, en ocasiones, a terminar la palabra donde aparece un bloqueo de forma natural, asegurando que el canal de comunicación sigue abierto.
- Adoptar una postura comunicativa correcta (contacto visual, atención, proximidad, etc).
- No relacionar tartamudeo con nerviosismo.
- Realizar actividades diversas, donde el contenido de las mismas sea jugar con el propio lenguaje (la velocidad, la entonación, melodía, volumen, prosodia, ritmo, etc).
- Adoptar un lenguaje claro, sencillo, abierto, evitando lo posible las preguntas cerradas.
- Dar tiempo para que pueda elaborar la respuesta o el mensaje.
- Evitar situaciones de competencia comunicativa, hacer respetar el turno de palabra.
- Dar órdenes de una en una y reducir, lo posible, las situaciones comunicativas asociadas a tensiones o enojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario