Publico este artículo a nombre de Eduard Hervás (Psicólogo, edhervas@cop.se), podeís encontrar más artículos suyos en su blog
HIJOS COMPARTIDOS
En algunas comunidades autónomas se ha implantado la custodia compartida
como la medida de tutela que regirá desde ahora en los procesos
matrimoniales con hijos. Quiere decir que el padre y la madre deberán
asumir de forma compartida las responsabilidades cotidianas del cuidado,
educación y mantenimiento de las hijas y/o hijos, al disolver
legalmente la relación de pareja.
Ya
sabemos que cuando las parejas se separan siguen siendo padre y madre
de hijas e hijos compartidos. Hasta ahora, lo habitual era que la madre
se quedara con la prole y al padre se le asignaran unas horas o días de
visita semanal y semanas de vacaciones, además de deber aportar un
dinero mensual para su mantenimiento. Y la madre debería asumir la
responsabilidad y el esfuerzo continuado de la guarda y custodia de los
menores: vivir con ellos, alimentarlos, llevarlos a la escuela, etc. y
etc.
Hay algunos padres que han luchado por conseguir la custodia, y algunos
la han conseguido, después de haber probado por activa y por pasiva, que
la madre era una incompetente para hacerse cargo de los hijos e hijas
de ambos, o que tenía graves problemas de cualquier índole.
PADRES Y MADRES
Se ha venido entendiendo que lo más natural era que la madre continuarea
encargándose de los hijos, como normalmente lo había hecho a lo largo
del matrimonio. Al mismo tiempo, se suele puntuar negativamente los
padres que, después de la separación, únicamente tienen los hijos las
cabezas de semana y vacaciones y que no deben responsabilizarse de su
crecimiento personal cotidiano o de la educación académica, cosas
difíciles de asumir y de seguir cuando les ven unos pocos días al mes,
normalmente sábado y/o domingo: los padres McDonald, padres Zoo o padres Wii,
con los que los hijos y las hijas solo deberían pasarlo bien. Se ha
descrito siempre como una situación un poco injusta, porque las madres
debían esforzarse en “educar” y los padres solo en “divertir”.
Ahora, cuando se legisla que el padre y la madre deberán compartir la
custodia y asegurar que los dos asuman en tiempo y en responsabilidad la
educación y vida de los hijos e hijas, aparecen voces discrepantes de
colectivos de mujeres que el encuentran injusto, porque parece que a las
madres se les privas de... no sé muy bien de qué. Del sentido de su
vida? De la continuidad de las responsabilidades del anterior vida
“familiar”? De su dignidad como madre? De su dignidad como persona?
Es evidente que en muchas parejas que tienen hijos suele ser la madre la
quien se encarga de los pequeños, y también de lo que podría entenderse
como las diarias de “la casa”. Y el padre es el encargado de llevar
más dinero y de las tareas más “grandes” y “importantes”. En muchas
ocasiones suele haber un reparto de tareas y de tiempo que, al separarse
como pareja, pierden su sentido y se deben recomponer. Porque la
responsabilidad sobre los hijos y las hijas es la misma que había antes
de la separación, aunque la relación de cada uno de los progenitores con
aquellos no lo sea.
Con la aplicación de la custodia compartida, padre y madre deberán
equilibrar su dedicación a la “familia”, la que ahora formarán con los
hijos y sin la pareja con quien los comparten; una familia paralela,
divergente y convergente, porque se comparten aquellas pequeñas personas
a las que la ley siempre pone como principales beneficiarios.
PRESENTE Y FUTURO COMPARTIDO
El cambio legal a la “custodia compartida” como la forma de
guarda y custodia preferente, facilitará también a las nuevas -o no tan
nuevas- familias la evolución hasta una responsabilidad parental
compartida. Si tanto él como ella saben que, en el caso de separarse,
deberán responder delante de los hijos y la ley de manera semejante, la
asunción de la corresponsabilidad será más sencilla y, a la larga, se
verá socialmente como una situación normal, exigida por la ley y la
sociedad. Y no deberán entenderse las ganancias emocionales, y a veces
económicas, derivadas de la parentalidad como una manera de compensar
una pretenida mayor dedicación a la familia o al matrimonio. Hay que
diferenciar lo que los y las juristas bien saben hacer, entre la pensión
compensatoria al/a la cónyuge desfavorecido/da de la pensión de
alimentos a los hijos e hijas.
Claro
que, se dirá, muchos padres quizá no estén preparados para asumir la
custodia tanto como lo están las correspondientes madres. O si, porque
los criterios de “guarda y custodia” quizá estén demasiado identificados
con la relación convencional madre-hijos y no se hayan tenido en cuenta
los valores que también aportan los padres -masculinos- a la relación
parental/familiar. Además, hay que favorecer que las madres se
desresponsabilicen del 50% del total de guarda y custodia parental y
dejen a los padres que asuman su parte.
EL INTERÉS DEL MENOR
El interés del menor es, en este caso y siempre, tener relaciones plenas
con el padre y la madre después de que estos hayan decidido separarse
como pareja. Y también, evidentemente, antes de la separación o siempre,
en caso de que continúen juntos. Y para que haya esta relación plena
con el padre y la madre, los poderes públicos deben garantizarla por ley
ya que, salvo algunos casos contados, será mejor que estén los dos,
mitad y mitad. La responsabilidad seguirá siendo compartida.
En caso de ponerse en práctica la “custodia compartida”, y en “beneficio del menor”, el sistema judicial no debería caer en la trampa de hacer demasiado excepciones a lo que deberá ser la regla general. Los problemas pueden surgir cuando haya que ponerse de acuerdo, pero eso deberá evitarse con una negociación previa y una sentencia cuidadosa. Si han dejado de ser pareja no podrán dejar nunca de ser padre y madre de unos mismos hijos e hijas, mientras estén vivos unos y otros. Pueden encontrarse diferentes modelos de compartir la coparentalidad, según la distancia entre los domicilios, las ocupaciones laborales, los medios económicos y, por ello, será necesario que se potencien los equipos psicosociales de asesoramiento a los juzgados y los de mediación
En caso de ponerse en práctica la “custodia compartida”, y en “beneficio del menor”, el sistema judicial no debería caer en la trampa de hacer demasiado excepciones a lo que deberá ser la regla general. Los problemas pueden surgir cuando haya que ponerse de acuerdo, pero eso deberá evitarse con una negociación previa y una sentencia cuidadosa. Si han dejado de ser pareja no podrán dejar nunca de ser padre y madre de unos mismos hijos e hijas, mientras estén vivos unos y otros. Pueden encontrarse diferentes modelos de compartir la coparentalidad, según la distancia entre los domicilios, las ocupaciones laborales, los medios económicos y, por ello, será necesario que se potencien los equipos psicosociales de asesoramiento a los juzgados y los de mediación
La aprobación de una normativa legal que obligue a las parejas que se
separan a asumir, como padres y madres que son, la responsabilidad en
relación a los hijos e hijas que han colaborado al llevar al mundo y a
aquella familia, es una oportunidad de crecimiento para cada menor de
familia separada y para la Sociedad en general que no podemos dejar
perder por no poner los medios personales y materiales y el cuidado
necesario en su aplicación. Y siempre, preservando el interés de los
menores, no del padre absentista, de la madre sobreprotectora, o
viceversa.
Eduard Hervàs Martínez
Psicólogo Clínico
edhervas@cop.se
1 comentario:
Me parece estupendo que aprueben la custodia compartida estoy harta de oir a algunos amigos que están separados al principio de la separación que les han quitado a sus hijos (sin que ellos hayan movido un dedo para pedir la custodia) y al cabo de unos meses me dicen lo liberados que están que es estupendo tener un fin de semana libre de cada dos y no tener que preocuparse de nada, la madre si quiere trabajar se tiene que buscar la vida, no se es menos madre por compartir las cargas y las obligaciones que conlleva tener hijos, no solamente las alegrías y los buenos ratos que es lo único que se tiene cuando los ves poco.
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