Los proyectos de enriquecimiento curricular, tienen una serie de características que por nuestra experiencia nos parecen los más adecuados para el planteamiento curricular de estos alumnos, ya que:
· No implican la segregación del aula, permanecen en el aula con sus compañer@s, no viéndose señalados por realizar tareas distintas.
· Ni medidas como la aceleración que sitúan al alumno/a en un contexto en el que sus compañer@s son mayores, teniendo en cuenta que a menudo su evolución afectiva no tiene porque corresponderse con su desarrollo cognitivo.
· Se enmarcan en un contexto ordinario, sin separar al alumno de la sociedad ordinaria como implicarían las escuelas dedicadas exclusivamente a esta tipología de alumn@s.
· En el caso de l@s talentos@s nos permiten hacer hincapié en aquellos aspectos en los que no presentan unas habilidades tan desarrolladas y que a menudo resultan clave para su desarrollo escolar, siempre y cuando haya una precisa programación detrás.
· Además estos programas no avanzan contenidos propios de otros cursos, con lo cual el alumno no tiene porque ir avanzado respecto a sus compañeros en la adquisición de los aprendizajes, sino que adquiere estos de forma más profunda.
No obstante, después de hablar de las ventajas de los programas de enriquecimiento curricular, conviene especificar en qué consisten este tipo de programas.
En primer lugar, debemos partir del conocimiento que disponemos del niño e interesarnos por sus intereses y motivaciones, así como por aquellos aspectos en que es más hábil y sus puntos débiles.
A partir de aquí se eligen unos contenidos de carácter transversal (es decir, que se puedan trabajar desde cualquier área del conocimiento) a los contenidos de un área, lo más común es partir de áreas como ciencias naturales o sociales, que son las que nos permiten de forma más sencilla aplicar la transversalidad. Por ejemplo, eligiendo como núcleo del programa los animales, desde el área de lenguas podríamos exigirle que redacte textos expositivos sobre la temática en cuestión, desde matemáticas que busque una serie de informaciones de tipo estadístico, desde sociales que nos indique cuales son hábitats de los animales en cuestión y el tipo de clima y orografía que precisan, … Así lo podríamos realizar desde cualquier área de forma más o menos sencilla.
El carácter motivador de este tipo de programas facilita que podamos exigir a l@s alumn@s en relación a aquellos aspectos en los que presentan dificultades, por ejemplo en realizar sus tareas con una presentación adecuada o realizar las tareas de tipo más mecánico que debe hacer como sus compañer@s.
Este tipo de temáticas permite que el/la alumn@ aprenda habilidades tan importantes como la búsqueda de información y selección de esta, fomenta la autonomía y nos permite al profesorado dirigir sus inquietudes intelectuales, al mismo tiempo que despertamos su interés hacia temáticas diversas.
Un punto clave en estos programas resulta el seguimiento de las evoluciones del alumno y su evaluación, la cual dependerá en gran medida del proyecto de enriquecimiento, de sus características y del producto final que le exigimos.
Realmente consiste en una técnica, en nuestra opinión, muy válida y relativamente fácil de aplicar, además resulta una médida que no tiene por que resultar aplicada unicamente a un alumno en concreto.
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