Los niños de habla china con dislexia sufren un desorden que es esencialmente diferente, y probablemente más complicado y severo que el de los niños disléxicos que hablan inglés. Esas diferencias pueden ser vistas en el cerebro y en el desarrollo de los niños chinos de funciones lingüísticas visuales y orales, según revela un estudio publicado en el último número de la revista Current Biology.
La dislexia en inglés consiste en un "desorden fonológico", que significa que las personas con esa condición tienen un problema para detectar o manipular la estructura del sonido del lenguaje oral, que se traduce en problemas para determinar los sonidos del habla en letras, explicó Wai Ting Siok, investigador de la Universidad de Hong Kong. En contraste, los nuevos hallazgos muestran que la dislexia evolutiva en chino responde a dos desórdenes; un déficit visoespacial y otro fonológico combinados.
Siok y su equipo dicen que la diferencia puede ser establecida de acuerdo con las características de las dos lenguas. "En inglés, las letras del alfabeto que forman las palabras visuales son pronunciables, de modo que el acceso a la pronunciación de las palabras inglesas es posibilitado por el uso de reglas de conversión palabra a sonido", explicó Siok.
"La escritura china reproduce formas gráficas en significados: los carácteres chinos poseen un número intrincado de trazos empaquetados en una configuración cuadrada, y sus pronunciaciones deben ser memorizadas. Esta caracerística sugiere que un detallado análisis visoespacial debe aplicarse para activar los caracteres fonológicos y la información semántica correspondiente. Consecuentemente, el desorden fonológico puede habitualmente coexistir con un proceso visoespacial en la dislexia en chino", agregó.
Para demostrar esta hipótesis, los investigadores pidieron a hablantes chinos con dislexia y sin ella que analizaran la dimensión física de estímulos visuales y encontraron que los lectores normales eran significativamente mejores en esta habilidad que los disléxicos. Escánares cerebrales mostraron que, en comparación con los lectores normales, los disléxicos exhibieron una activación más débil en una porción del cerebro conocida por determinar el proceso visoespacial. Pero además, la mayoría de disléxicos chinos con problemas visoespaciales también mostraron un desorden de proceso fonológico sugiriendo la coexistencia de ambos desórdenes.
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