Inteligencia Emocional: La necesidad de aprender a “sentir” y “compartir” juntos

Los problemas que comúnmente detectamos con respecto al mundo emocional y social en las escuelas que atienden a adolescentes los podemos clasificar teniendo en cuenta la relación entre los estudiantes, entre ellos y los profesores y cómo ellos creen que los profesores los consideran.

Entre los estudiantes hay muchas veces dificultades de integración. Esto puede estar presente cuándo ingresa un alumno nuevo proveniente de otra escuela, cuándo se producen antagonismos entre compañeros lo que lleva a que se sienta perturbado el aprendizaje y la convivencia en el aula, algunos alumnos pueden sentirse perjudicados con esa situación. Muchas veces se observan celos y rivalidad entre los distintos subgrupos de una clase o entre alumnos de distintos cursos y diversas edades.

Es frecuente en algunos establecimientos educativos encontrarnos con episodios de violencia en forma física o verbal, con hostigamientos, estigmatizaciones y aislamientos de uno o varios sujetos con respecto al grupo mayor de la clase.

En cuánto a la cuestión de género, es frecuente observar que los adolescentes tienen ciertas dificultades al momento de reconocer la expresión y la aceptación de los aspectos emocionales de cada uno de los sexos, que pueden ser diversas.

Con respecto a la relación entre los adolescentes y sus profesores, muchas veces encontramos “quejas” de los alumnos cuándo sienten que el docente no los acompaña, no los comprende en su camino hacia la apropiación de los conocimientos específicos de las materias, cuándo les resulta dificultosas de comprender.

Pero es importante rescatar, la valoración positiva por parte de los alumnos hacia aquellos docentes, que sienten que se preocupan por su rendimiento y las situaciones personales que los afectan.

Muchas veces se produce una falta de empatía del alumno hacia el docente o del docente hacia el alumno, que hace que los primeros digan: “no me llevo bien”, “la/el profesor me tiene de punto” y en cuánto al profesorado que se manifieste el tan nombrado “malestar de la profesión”.

Con respecto a la relación entre el personal docente, es importante que se viva un clima de buen humor y alegría así como también un ambiente de libre y cooperativo trabajo.

¿Somos concientes de la importancia y necesidad de la educación emocional de nuestros alumnos?

Desde mi punto vista, es fundamental que se tengan en cuenta la educación emocional de todas las personas que conviven y trabajan en los colegios. Los aspectos emocionales de los jóvenes pueden ser tenidos en cuenta cuándo se los escucha, se los respeta, se los estima, cuándo se le realizan festejos, salidas, convivencias, jornadas con temas de interés para la etapa adolescente etc.; pero fundamentalmente en el clima que se vive desde que uno ingresa a la institución y en el trascurso de toda la jornada escolar.

En cuánto a la situación de aula, pareciera que es más importante la educación intelectual, a través de las distintas disciplinas. De hecho es importante para que el adolescente se apropie de nuestra cultura, pero sería interesante atender a las necesidades emocionales de los alumnos y educarlas; dejando de verlos como simples “cabezas pensantes” y considerando que también son un cuerpo con un corazón que siente y late y que cuándo cuerpo, mente y sentimiento van unidos es mucho más placentero el aprender.

Algunas iniciativas como el trabajo de acompañamiento psicopedagógico, la presencia de profesores consejeros o tutores en las aulas, pueden acrecentar la conciencia de la importancia de apostar a la educación de las emociones en los jóvenes. La escuela debe ser contenedora de alumnos, padres y del personal profesional docente que trabaja en ella.


¿Aceptamos que la educación de las emociones debe estar presente en nuestras clases?

En general, en los lineamientos curriculares de las escuelas medias de la República Argentina, predominan los contenidos cognitivos, aparecen también los valorativos pero todavía no están tan presentes la educación de las emociones.

En las clases, no es tan fácil comprender y atender las necesidades y posibilidades de la educación de las emociones.

No obstante hay muchas materias que se prestan especialmente para la educación emocional como lo son: educación ciudadana, psicología, historia, literatura, periodismo, política, geografía, etc. sin dejar de considerar que la educación emocional tiene que estar presente en todas las materias que tienen los adolescentes porque en realidad, la educación emocional no es privativa de una asignatura sino que las puede atravesar transversalmente a todas.

Los obstáculos que pueden encontrarse en la escuela son en primerísimo lugar, como dije anteriormente, que en la tradición escolar y en la formación docente no se han tenido en cuenta suficientemente la educación emocional.

La educación emocional, tal como la plantea Daniel Goleman, consiste en primera instancia en que docentes y alumnos lleguen al reconocimiento de sus estados emocionales, luego que aprendan a controlar sus aspectos impulsivos y aprovechar la sana energía de las motivaciones emocionales.

Este desconocimiento de la existencia de la inteligencia emocional hace que muchas veces no se tengan en cuenta las habilidades intrapersonales, o sea al interior de cada uno de nosotros, como lo son el autoconocimiento, la autoestima y la motivación. También como sujetos tenemos habilidades interpersonales, o sea, cada uno de nosotros en relación con las personas que nos rodean e interactuando con ellas. Con respecto a esta última habilidad deberíamos desarrollar la competencia en cuánto a comprender a los demás por la empatía y desarrollo de habilidades sociales.

¿De qué manera podríamos trabajar la educación emocional docente?

A través del trabajo institucional sobre lecturas de material teórico y experiencias prácticas docentes.

A través de “Talleres de reflexión grupal”.

A través de “Cursos de capacitación” específicos acerca de la inteligencia emocional.

¿De qué manera podríamos trabajar la educación emocional de los alumnos?


Sería interesante realizar algunas experiencias con propuestas de trabajo que permitan a los alumnos aprender las estrategias necesarias para una educación emocional, algunas de ellas podrían ser:

El conocimiento de sus propias emociones.

Reflexiones con los docentes sobre sus expectativas, miedos, relaciones con compañeros y docentes, su rendimiento y calificaciones escolares, los señalamientos y correcciones de disciplina y convivencia.

La capacidad de controlar sus emociones.

Aprender a expresar verbalmente las propias emociones.

Pensar caminos “alternativos” en situaciones de impulsividad que los lleven a expresarse con el diálogo y la mediación en lugar de poner el cuerpo y la agresión.

Aceptar y ensayar conductas reparatorias y de reconciliación.

La capacidad de motivarse a sí mismo.

Trabajar para elevar la autoestima y la confianza en las posibilidades escolares y sociales de nuestros alumnos.

Ofrecer posibilidades de recuperación de tareas, contenidos, objetivos, transgresiones de convivencia, etc.

La capacidad para reconocer y aceptar las emociones de los demás.

Comenzar con el reconocimiento de las propias emociones.

Aprender a percibir al otro a través de su comunicación no verbal, como lo son las expresiones faciales, los gestos y las actitudes corporales.

Acompañar en situaciones difíciles de la familia como lo son las enfermedades, duelos, desempleo, dificultades económicas o conflictos familiares.

La capacidad para desarrollar la empatía: ponerse en el lugar del otro.

Aceptar que somos distintos.

Evitar los prejuicios sobre los demás ya sea por las condiciones físicas, género, familia, nivel social y cultural.

Ser cuidadoso en la valoración de conductas y rendimientos evitando enjuiciar a la persona.

Mantener siempre un margen de duda sobre las propias percepciones de los demás.

Desarrollar la capacidad de escucha.

Cultivar la esperanza y la confianza en el otro, apostar al “siempre se puede”.

El control de las relaciones de comunicación interpersonal.

Propiciar actitudes de simpatía, solidaridad y tolerancia.

Respetar las manifestaciones de la otra persona sobre sus intenciones.

Buscar espacios de diálogo y ayuda para la superación de conflictos.

Por Edith Beatriz Burgos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

como es posible que vendan las plazas para cetis o cebetis que se encuantra en san juan de las huertas estado de mexico ya que muchos de los que se encuentran ahi son asi como israel palomares que compro su plaza hagan alga para parar con esta impunidad

Anónimo dijo...

Hola. La verdad es que manejar las Emociones es uno de los puntos fundamentales para encarar todos los órdenes de la vida. Saludos.

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