Publicamos este interesante artículo de Rebeca Recio Berlanas, psicóloga de Psycos, sobre la Autoestima Infantil.
-Espejito, espejito ¿Quién es mi princesa?-
-¡Yo!- Gritaba Lola mientras saltaba a los brazos de su padre.
Cómo
saliendo de una burbuja, la Lola adulta sonríe al espejo recordando
esos momentos. Respira, se recoge el pelo y sale del baño dispuesta a
entrar a la reunión con una actitud segura y firme.
La
percepción y la valoración que una persona tiene sobre si misma
condiciona su equilibrio psicológico, la relación que establece consigo
misma, con los demás y su rendimiento. Es decir, la estima y la opinión
que tenemos hacía nosotros mismos va a influir en nuestra manera de
acercarnos al mundo y a las personas que están en él.
Al igual que en el resto de relaciones, la relación que tenemos con
nosotros mismos también la vamos a valorar positiva o negativamente.
Del mismo modo, podemos ser más o menos afectuosos al relacionarnos con
nosotros.
¿Cómo se forma la autoestima?
El contacto corporal que establecen los padres con el niño es prioritario para establecer un saludable vínculo emocional. Es a partir de este vínculo desde el que el niño va a construir el sentimiento básico de confianza y seguridad y la manera de quererse.
La autoestima y el autoconcepto son conceptos referentes al individuo que se construye en la interacción social.
Por lo que su construcción va a tener dos fases, interpersonal.
En la que las figuras de referencia “prestan al niño” la imagen que
tienen de él. Nos convertimos en instrumentos al servicio del niño.
Y otra intrapersonal,
en la que el niño, sin dejar de relacionarse y por tanto de incorporar
información externa, se reconoce y forma una imagen de si mismo.
Por lo que el conocimiento que tenemos sobre nosotros mismos responde a la pregunta ¿quién soy yo?, Autoconcepto. Deriva del concepto que las personas cercanas tienen sobre nosotros ¿Quién soy yo para mis padres? ¿Para mi profe? ¿para mis amigos?.
Del mismo modo, la valoración (positiva o negativa) que hacemos sobre nosotros mismos
y nuestras competencias, la Autoestima (creo que la autoestima está en
otro plano que las competencias, sí relacionada a ellas.). Vendrá precedida por la admiración y reconocimiento que hemos tenido de otros.
Y el afecto que ponemos en la relación con nosotros mismos ¿Cómo nos tratamos?, procede del afecto que nos han dado.
Ante un niño con dificultades para mantenerse sentado, sus padres y/o profesores pueden responder algo así:
-¡Niño, estate quieto! todos los días te digo los mismo y parece que te da igual. Así es imposible comer tranquilo. -
¿Sería
igual si los adultos, a pesar del cansancio que seguro les provoca que
la situación se repita, se acercan a él y le dicen:
-
Rubén, tú sabes que en la mesa es obligatorio estar sentado y si no lo
cumples tendrás que irte a tu habitación. A mi me gusta mucho comer
contigo ¿Tú quieres comer con nosotros? Confío en que aunque te cueste
un poco, vas a hacerlo muy bien.-
Para
interactuar de manera eficaz, nos ayuda definir ¿qué cualidades del
niño estamos destacando?, si lo hacemos con afecto, y si ¿Conseguimos
nuestro objetivo?
Podemos afirmar que un niño que ha sido reconocido, valorado y querido, va a poder reconocerse, valorarse y quererse. El niño necesita que reconozcamos quien es él como persona en desarrollo, como ser diferente a sus padres y a las expectativas y deseos que estos tienen respecto a él. Así como que respetemos y valoremos sus características propias, deseos y necesidades, y se lo expresemos mediante el afecto.
En
ocasiones creemos que cuando un niño se porta mal tenemos que dejar de
mostrarnos afectuosos, con el fin de que entienda que se ha equivocado.
Pero el cariño y la firmeza son cosas diferentes. Cuando un niño se
equivoca (voluntaria o involuntariamente) es necesario que sus padres se
lo indiquen para que pueda rectificar. Pero si
el cariño desaparece ante las conductas inadecuadas, el mensaje que
trasmitimos es que el cariño es voluble y dependiendo de lo que haga le
querremos más o menos.
La
evaluación sobre uno mismo se produce en todas las dimensiones de la
persona (laboral-educativa, social, física y emocional), pudiendo variar
la valoración que hacemos de nosotros mismos en cada una de ellas. Hay personas que se consideran muy inteligentes, pero poco capacitadas para las relaciones.
Los
niños pequeños tienen a describirse sobretodo en función de las
características físicas y a medida que crecen incluyen dimensiones
psicológicas y sociales. Esto se debe a que las capacidades cognitivas
del niño se van desarrollando a medida que se hace mayor.
Debido
a que el autoconcepto de la persona va evolucionando, se espera que el
concepto de si mismo que tienen los adultos tienda a ser: más
consistente, objetivo y realista. Pero no es automático, tener la capacidad no siempre implica desarrollarla.
La relación consigo mismo exige que nos desdoblemos, para llevar a cabo el proceso de autoobservación. Parte
de nosotros se encarga de observar y otra parte es observada. Esta
capacidad nos permite tomar conciencia y reflexionar sobre nuestras
sensaciones, emociones, pensamientos y acciones.
¿Cómo saber si nuestro hijo tiene una buena autoestima?
Es importante que observemos
como se desenvuelve el niño, esto nos dará pistas sobre sus
capacidades, la imagen que tiene de si mismo y la forma en la que se
estima.
¿El
niño tiene mayoritariamente éxitos o fracasos? Y como responde ante
cada uno de ellos. ¿Se fija objetivos adecuados, fáciles o difíciles?
¿Se muestra satisfecho con sus resultados?
Observar la manera de afrontar las nuevas situaciones ¿Lo hace con confianza o temor?
En
sus relaciones ¿Forma parte del grupo? ¿Los demás le dan la bienvenida o
protestan cuando llega?¿Cómo resuelve los desacuerdos?
COmo favorecer una autoestima adecuada en los niños
Una de las principales formas a través de las cuales aprenden los niños es el modelado, los niños aprenden aquello que observan en sus modelos. Por lo que como adultos cercanos, tenemos el privilegio y la responsabilidad de ser ejemplo para los peques.
Por
ello es importante que los adultos examinemos las percepciones que
tenemos acerca de nosotros mismos así como nuestro desempeño, ya que el
autoconcepto de los padres, profesores, etc. Influirá en el del menor.
Mostrar coherencia entre las diferentes interacciones teniendo en cuenta tanto la palabras como los actos. Ayuda a que el ejemplo tenga sentido. No digo una cosa y hago otra.
La continuidad en los planteamientos y objetivos, permite desempeñar un modelo estable. No digo una cosa hoy y mañana otra. Por supuesto, eso no significa que no podamos negociar, pero entre nuestros actos hay un hilo conductor.
La consistencia en mis planteamientos y actuaciones no depende de las circunstancias, de lo cansado o enfada que esté, si no de unos planteamientos reflexionados.
Crear
un ambiente agradable y de confianza, en el que comunicarse de forma
clara y abierta, ayuda a que cada miembro de la familia se pueda mostrar
tal y como es.
Una
de las experiencias más maravillosas y gratificantes es sentir que
aquellas personas que nos conocen bien y son importantes para nosotros,
nos aceptan, respetan y comprenden con nuestras posibilidades y limitaciones.
Así
mismo, permitir que el niño sea autor de sus propias acciones, le
muestra que confiamos en su capacidad para lograr sus metas. Inténtalo tú, si no puedes yo te ayudo. Esto es importante, ya que la confianza de los adultos de referencia permite configurar la seguridad básica en uno mismo.
Cómo
padres, profesores o adultos que desde diferentes roles nos
relacionamos con niños, tenemos muchas posibilidades de mejorar la
autoestima de estos y la manera en la que se quieren a sí mismos.
Rebeca Recio Berlanas.
Si quieres obtener más información o contactar con Rebeca Recio, puedes hacerlo en: www.psycos.es
Interesantísimo. Muchas gracias
ResponderEliminarGracias por su contribución, muy buen artículo, salu2.
ResponderEliminarMuy importante el aporte, me ayudo mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias, ha sido de mucha ayuda para mi, espero poder mejorar la autoestima de mis niñas. Siendo yo alguien que recibió muy poco amor, ha sido difícil para mi no ser fría. Creo que soy cariñosa pero se que se puede dar mas, y eso voy a intentarlo día con día hasta que ya no tenga que pensarlo.
ResponderEliminarSinceramente, muchas gracias,
Creo que es muy importante la información que nos presenta en su articulo, ya que la Autoestima, tanto en niños como en adultos es primordial para llevar una vida saludable en todos los aspectos.
ResponderEliminarA veces los adultos pretendemos educar a un niño, sin antes dar testimonio de lo que les pretendemos enseñar.
Creo que es importante fomentar la autoestima desde los primeros años de vida, ya que de esta dependerá mucho la manera en que cada uno nos persivamos.
Puede ser decisivo para la vida de un ser humano la percepción que tengamos de si mismo y desafortunadamente, un niño depende mucho de como lo vean los demás para poder crear una autoestima.
Creo que es de vital importancia que sepamos tanto padres, como profesores, que cosas no hacer, que hagan que el niño se sienta desaprobado y que podemos hacer para crearles esa autoestima que los haga ser niños sociables y seguros de si mismos y de sus capacidades.